Como dije en el post de ayer, hoy toca reflexión. Por lo menos para mí, si queréis saber de qué se trata... ¡Sigue leyendo!

¿No habéis sentido alguna vez impotencia hacia aquellos comentarios negativos dirigidos a las cosas que más nos gustan hacer ?

Todos conocemos la teoría, sí. Esa de "A palabras necias, oídos sordos", "Si no te gusta, no mires"...

Pero, ¿ponerla en práctica?

 He recibido muchos cumplidos con el blog, y otros muchos comentarios despectivos. Y sí, cosas así como "Se cree superior/mejor por tener un blog de mierda" o "por tener 1000 visitas se cree superior" En fin, que hay de todo tipo. Como veis, a pesar de esto, he seguido con ello, por la sencilla razón de que me gusta lo que hago, y eso es lo que deberíamos de hacer todos y todas. Hacer aquellas cosas que nos gustan, independientemente de si le gusta a Pepito o a Pepita.

O.. ¿Qué? ¿qué nos queda?

 Si algo he aprendido en estos tres meses con el blog es que los comentarios buenos o malos que de verdad debemos recibir son aquellos que provienen de las personas que saben el sacrificio, el tiempo, las ganas y la ilusión que hemos puesto en todo esto. Yo hablo de mi blog, pero veo esto diariamente en temas como gustos musicales, estética, etc.  Y es triste, muy triste, que te critiquen por despecho. Que ya no distinguen el caer mal con el trabajo. Claro que se que lo que hago no es perfecto y, además, es evidente que no a todo el mundo le gusta los temas de los que hablo, pero... Piensen, si no les gusta, ¿para qué entrar en un blog que no te gusta? 

Bueno chicas/os. Espero que os haya servido de algo y os espero en el próximo post.

¡Feliz día!