Había odiado el "rosa" durante mucho tiempo y, hasta ahora, no me había planteado el por qué.

Supongo que desde pequeña y gran parte de mi adolescencia vi películas, series y muchos anuncios, donde el rosa en la vestimenta era predominante en aquellas mujeres más "femeninas" o, por lo menos, era aquella idea tan primitiva la que se solía mostrar. 

Creo que, con el tiempo, fui creando mi propia impresión con este tema, hasta tal punto de desechar este color de mi vida. No quería que, al igual que en las películas o series que veía de pequeña, se me identificara como una "chica osea". Y ahora que lo digo, me río. Me río porque considero que he llegado a tal punto de madurez en el que puedo decir que ni la forma de vestir o su color determina quienes somos. Durante años he visto como se le asignaba el rosa a las niñas y el azul a los niños y.... ¡NO! Los colores forman parte de nuestra personalidad, no del gusto del resto. Es decisión de cada uno elegir lo que le gusta, de buscar esa tonalidad de amarillo, rosa, azul o verde que más nos favorece o que más nos "divierte". Hacer la combinación que queramos porque somos LIBRES de elegir como vestir y como lucir lo que vestimos.

Así que... os dejo con este pequeño toque de color en este look. 

¡Hasta el próximo post!